lunes, febrero 9

Entre lo Tradicional, lo moderno y las mudanzas


Inicio esta nota dando la bienvenida a Tlalpan a una amiga muy querida (desde la secundaria) que se ha mudado a Tlalcoligia convirtiéndose en nueva vecina de esta Delegación;  su nombre es Laura Leticia, imaginativa escritora de cuentos infantiles, ella es de esa clase de personas que ama las cosas del pensamiento, pero más al crearlas que al disfrutarlas.

Como recién llegada le organizamos una pequeña reunión en el departamento de otra compañera del grupo, y entre risas, recuerdos, bromas, un poco de música (Las Flans ¿Se acuerdan?), así como algunos bocadillos acompañados de suaves y deliciosas bebidas espirituosas, conversamos muy a gusto, y entre otras cosas hablamos sobre lo que hace a Tlalpan tan singular, reflexionábamos en lo fantástico que es observar casi desde cualquier lugar  los interesantes contrastes que hay entre lo tradicional y lo moderno.

Hoy en día, Tlalpan es parte de una gran ciudad que vive los efectos de una creciente expansión demográfica, industrial y comercial, donde los avances tecnológicos harían suponer que las tradiciones tienden a desaparecer, sin embargo aquí esta situación es muy cuestionable, basta dar un paseo por las calles o visitar alguno de los ocho maravilloso pueblos originarios que conforman esta demarcación para comprobarlo.

En la actualidad, es posible constatar que las zonas rurales y semirurales de Tlalpan han logrado incorporarse poco a poco al medio urbano, pero retomando sus rasgos culturales como parte de las nuevas condiciones sociales que enfrentan, y así podemos observarlo en sus eventos, costumbres, gastronomía, sus pintorescas festividades, y hasta en su forma de expresarse, sus particularidades y su historia.

En Tlalpan vemos con facilidad hogares que cuentan con antenas parabólicas o conexiones de televisión por cable e Internet, frente a casas construidas con materiales tradicionales como adobe, teja y madera; calles pavimentadas y transitadas por diferentes vehículos, como tractores que surcan tierras de labor; así como hijos de campesinos que hoy son choferes de peseros; y otros que convertidos en obreros y empleados aún conservan sus terrenitos de cultivo, etc.

Todos ellos, rasgos físicos que junto a la memoria colectiva dan forma a la vida de los habitantes de Tlalpan.

Como es natural, las horas se pasan muy rápido cuando se está entre amigos entrañables, pero antes de que se hiciera más tarde nos despedimos, claro que no sin antes ponernos de acuerdo para ayudarle a desempacar su mudanza. Todos sabemos lo abrumador que resulta abrir las cajas y empezar el acomodo, además le falta completar el traslado de algunas de sus cosas que tiene en un guardamuebles. Para conocer más sobre este servicio pulse aquí.

Hablando de cambios y mudanzas, recuerdo un antiguo dicho que afirma… “Sólo cerrando las puertas que van quedando detrás de uno se abren las ventanas del porvenir”


¡Hasta la próxima!
Diana Reyes





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