Como recién llegada
le organizamos una pequeña reunión en el departamento de otra compañera del
grupo, y entre risas, recuerdos, bromas, un poco de música (Las Flans ¿Se
acuerdan?), así como algunos bocadillos acompañados de suaves y deliciosas
bebidas espirituosas, conversamos muy a gusto, y entre otras cosas hablamos sobre
lo que hace a Tlalpan
tan singular, reflexionábamos en lo fantástico que es observar casi desde
cualquier lugar los interesantes
contrastes que hay entre lo tradicional y lo moderno.
Hoy en día, Tlalpan
es parte de una gran ciudad que vive los efectos de una creciente expansión
demográfica, industrial y comercial, donde los avances tecnológicos harían
suponer que las tradiciones tienden a desaparecer, sin embargo aquí esta
situación es muy cuestionable, basta dar un paseo por las calles o visitar
alguno de los ocho maravilloso pueblos originarios que conforman esta demarcación para
comprobarlo.
En la actualidad, es
posible constatar que las zonas rurales y semirurales de Tlalpan han logrado
incorporarse poco a poco al medio urbano, pero retomando sus rasgos culturales
como parte de las nuevas condiciones sociales que enfrentan, y así podemos observarlo
en sus eventos, costumbres, gastronomía, sus pintorescas festividades, y hasta
en su forma de expresarse, sus particularidades y su historia.
En Tlalpan vemos con
facilidad hogares que cuentan con antenas parabólicas o conexiones de
televisión por cable e Internet, frente a casas construidas con materiales
tradicionales como adobe, teja y madera; calles pavimentadas y transitadas por
diferentes vehículos, como tractores que surcan tierras de labor; así como
hijos de campesinos que hoy son choferes de peseros; y otros que convertidos en
obreros y empleados aún conservan sus terrenitos de cultivo, etc.
Todos ellos, rasgos
físicos que junto a la memoria colectiva dan forma a la vida de los habitantes
de Tlalpan.
Como es natural, las
horas se pasan muy rápido cuando se está entre amigos entrañables, pero antes
de que se hiciera más tarde nos despedimos, claro que no sin antes ponernos de
acuerdo para ayudarle a desempacar su mudanza. Todos sabemos lo abrumador que resulta abrir las cajas
y empezar el acomodo, además le falta completar el traslado de algunas de sus
cosas que tiene en un guardamuebles. Para conocer más
sobre este servicio pulse aquí.
Hablando de cambios y mudanzas, recuerdo un antiguo dicho
que afirma… “Sólo cerrando las puertas que van quedando detrás de uno se abren
las ventanas del porvenir”
¡Hasta la próxima!
Diana Reyes
Diana Reyes
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